top of page

Siempre vengo

Hay veces que me dices que no te miro, que no te oigo, que le hablas al aire, que tus palabras las barre el viento del otoño. Me lo dices sin pensar y yo callo, dejo que el silencio solidifique el espacio que hay entre nosotros, para que no me veas por dentro, para que no me mires a los ojos y veas mi desnudez, porque delante de ti no puedo disfrazarme.

Entonces me digo que me conoces bien, pero no del todo, quizá sea porque no te lo he dicho todo, porque siempre queda algo escondido muy dentro de cada uno, eso que nos hace únicos y que nunca se enseña.

Te coses a tus adentros para convencerte de que lo que me dices es cierto y yo te dejo, dejo que el silencio siga espesando el espacio, porque me gusta verte así, regañona, guerreando tus verdades como el que defiende su estandarte en la batalla. Así me gustas, belicosa, queriendo imponerme tus razones, intentando violentar el silencio que yo espeso.

Al final, te vuelves y dándome la espalda te alejas de mí, con la mirada enojada. Y dejo pasar los minutos para ir a buscarte y acercarme a ti, sigiloso, como un ladrón, por la espalda, entonces te abrazo y comprimo el aire que nos separa hasta dejarlo en nada, te susurro al oído que te amo y tú te desarmas, lo noto porque te aflojas entre mis brazos y me das por imposible.

Me conoces tanto que sabes que siempre vengo, pero vengo a ti porque tú quieres que venga, a que te haga olvidar lo que me has dicho antes de que te arrepientas. Y yo vengo a ti sin complicaciones, porque ante ti no tengo nada que defender, no me cuesta nada ceder porque sé que ese es mi destino.


Recent Posts
bottom of page