¿Navidad feliz?... lo intentaremos.
Ya es Navidad y las calles están llenas de luces, de gente que viene y va a algún sitio cálido, donde celebrar esta noche especial, con la familia o con los amigos.
Las redes sociales se llenan de vídeos, de postales, de fotos, unos con mensajes de paz y felicidad, otros con los mismos mensajes pero algo más ocurrentes y divertidos. Recibimos cientos de felicitaciones, de besos, de abrazos, de buenos deseos y de augurios de buenos tiempos y mejor futuro.
Hoy hará su aparición el dignatario mayor de España, el Rey de todos los españoles para desearnos, paz y felicidad. El señor presidente del gobierno diciendo que gracias a las políticas adoptadas, hemos tenido un año de bienes y para el futuro será infinitamente mejor.
Hoy todos somos mejores, mucho mejores que los trescientos sesenta y cuatro días del año. Además nos lo creemos, porque estamos con nuestras familias y hoy se perdona todo, las discusiones, las envidias, todo.
Hoy todos cuidamos el medio ambiente, reciclamos bien las basuras, no dejamos plásticos en las playas ni en el campo. Hoy nadie piensa que si un hombre ha matado a una mujer, “A saber que habrá hecho”. Ni que la chica madrileña violada por cinco animales en Pamplona, “a lo mejor se hizo la valiente y los provocó”.
Hoy nadie se cambiará de acera si se le cruza una persona negra, ni volverá la cabeza para no ver a la persona que está pidiendo en la calle.
Hoy nadie va a pensar que los emigrantes vienen aquí a darse la vida padre y que les llenan de ayudas que nos quitan a los demás; ni que les regalan pisos, les dan plazas de los colegios y les regalan los libros mientras que nosotros los tenemos que pagar.
Hoy intentaré no recordar a aquel matrimonio de ancianos que murieron en el incendio de su casa producido por la vela, con la que se estaban alumbrando, porque no podían pagar el recibo de la luz. Ni de los niños a los que les cierran los comedores en los colegios, en las vacaciones, y durante ese tiempo no pueden hacer las tres comidas del día. Ni de las personas que todos los días hacen cola en los comedores sociales, aun trabajando, porque son trabajadores pobres, esa nueva clase social que ha aparecido en España, a pesar de que somos el país que más crece de la Unión Europea, según dice nuestro presidente del gobierno.
No me acordaré de los que pasarán la nochebuena subidos en una balsa, soportando el frío y mirando unas luces a lo lejos que posiblemente no alcanzarán jamás.
Prometo que tampoco me acordaré de aquellos que murieron esperando un medicamento que no llegaba porque era muy caro, mientras que los que se lo negaban se estaban llenando los bolsillos del dinero de todos nosotros.
Hoy, me sentaré en una silla e intentaré ser feliz, a pesar de todo, aun sabiendo que no soy del todo bueno, intentaré ser feliz, por estar con los míos, por abrazar a mis hijos, por besar a mis nietos, aunque echemos muy en falta al que tenemos fuera de España, porque aquí solo hay trabajos precarios que no permiten a los jóvenes ser independientes, aun así, intentaré ser feliz. Lo intentaré de veras, les desearé felicidad a los vecinos cuando me cruce con ellos en la escalera, comeré, canapés, langostinos y asado como si fuera la última cena; beberé un buen vino y brindaré con cava.
A pesar de todo esto, prometo de todo corazón, que intentaré ser feliz.