Los animales de San Fermín
Encierro, en el ámbito Sanferminero, es ni más ni menos, el acontecimiento en el cual los toros que van a ser lidiados cada día, son conducidos a la plaza por los jóvenes del lugar, quienes corriendo delante de ellos les van atrayendo hacia el coso en medio de una pública algarabía de los vecinos de la ciudad de Pamplona, quienes desde sus ventanas, balcones y desde detrás de las barreras colocadas a efectos de defensa del bravo animal, profesan gritos de ánimo a los corredores.
Claro eso era hace muchos años, cuando los que se atrevían a correr delante de una manada de toros y cabestros, eran unos pocos y fornidos mozos pamplonicas ó de los pueblo cercanos para los que era un orgullo y un honor realizar el recorrido exponiéndose a que un astado le hiciera un agujero con el pitón o incluso le dejara con las tripas fuera en la calle Estafeta. Ahora con el paso de los años y con la fama que ha tomado esta fiesta, ya no son solamente los mozos de Pamplona los que se atreven a correr delante de los toros, ahora son gentes de todas partes de España y del mundo, los que visitan Pamplona con la intención de ser inmortalizados en una instantánea corriendo delante de las astas de un morlaco.
Esto trajo como consecuencia que la fiesta se masificara y que en el momento del petardazo, el que ordenaba la apertura del portón de los corrales, la masa de gente concentrada al final de la cuesta eran tan grande que el peligro de accidentes se multiplicaba en progresión geométrica al número de personas concentradas allí, gentes que además ni eran de Pamplona, ni sabían correr los toros, porque hay que saber correr los toros, ni estaban en condiciones físicas y mentales para hacerlo. La mayoría de ellos envalentonados por los vapores etílicos almacenados en sus estómagos, después de las noches en vela cantando, bailando y bebiendo, osaban a lanzarse a la carrera, cruzándose delante de los toros como demostrando que también ellos tenían lo que había que tener para enfrentarse a la fiera; estorbando la buena carrera del pamplonica que se había retirado a las doce de la noche a su casa para acostarse y despertar descansado y preparado para el lance, generalmente en ayunas y armado de un periódico como única defensa y vara de medir distancias, al que le fastidian no dejándole correr, cruzándosele por delante, o agarrando al toro por el cuerno, queriendo parecer más macho por ello y poniendo en peligro su vida y la de los demás.
Parece ser que las autoridades se han percatado de que esto no podía ser y por lo menos hacen un recorrido por entre la gente que está apostada esperando la salida de los toros, echando del recinto a los que muestran síntomas de no estar en condiciones de realizar un encierro limpio.
Pero además ahora nos hemos podido dar cuenta todos que no son solo los toros los animales que participan en la fiesta, también acude a San Fermín otra suerte de animal, que a pesar de pasar bastante desapercibido, no por ello es menos peligroso, se trata del "Macho Salido" que aprovecha las aglomeraciones de gente para arrimarse a las féminas y toquetearlas o intentar rozarles la cebolleta, amparado y auto-convencido de que las mujeres que acuden a esa fiesta y que trasnochan igual que los hombres, beben lo mismo y se divierten por igual, son más propensas a dejarse toquetear por el irresistible macho, e incluso que si alguna les ha hecho gracia, se ha reído de alguna broma o simplemente le ha sonreído, eso para ellos significa que es una guarra con ganas de guerra y que están en su derecho de propasarse con ella todo lo que le apetezca; cuando llega el momento en que la susodicha dama, pone al caballo en su sitio y se niega a dar el paso siguiente, porque para ello es dueñas de su cuerpo y de su destino, este macho salido sintiéndose herido en su orgullo, se siente en el derecho de forzarla para conseguir su objetivo. Se han dado casos, podemos ver lo que pasó el año pasado, que el Macho Salido llega a cazar en manada, llegando a juntarse cinco individuos para violar a una mujer por el mero hecho de serlo y de que a ellos les apeteciera.
Mal vamos si en el siglo XXI andamos así, si todavía no nos hemos dado cuenta de que una mujer es una persona con derechos que no se pueden pisotear, que nadie es dueño de nadie, ni nadie tiene el derecho de violentar a otro sea del género que sea.
Pobrecita sea la que se deje engañar por uno de estos bichos, que solo piensan con la entrepierna; eso son los mismos que un día acuchillan a su ex-mujer, que lo abandonó harta de sus abusos, al grito de que "si no eres para mí, no eres para nadie". O ese asesino patético que como no puede con ella mata a su hijo para "hacerte daño donde más te duele". Pone los pelos de punta ¿verdad?
¿Cuando seremos capaces de acabar con esta lacra?, desde luego nunca acabaremos recortando presupuesto para la lucha contra la violencia de género, como hace este gobierno. Tampoco educando a nuestros hijo en la diferencia; nosotros somos los primeros que debemos luchar desde nuestros hogares, desde nuestras familias en contra del machismo, educando a nuestros hijos y a nuestros nietos en la igualdad y el respeto; exigiendo lo mismo en los colegios, los institutos y las universidades; en los puestos de trabajo, peleando por la igualdad de salarios y puestos para hombres y para mujeres.
A ver si un día vemos en las noticias que en San Fermín, los únicos animales que se han visto por las calles han sido los toros, quizás ese día podamos pensar que estamos avanzando.